26 junio 2009

Jon Fredric West interrumpe su escena en 'Tristan e Isolda' de Santiago


Indisposición del tenor Jon Fredric West: Interrupción ayer en función de "Tristán e Isolda"

(El Mercurio) Nuevamente, la ópera "Tristán e Isolda" de Wagner presentada en el Teatro Municipal sufrió un traspié. La función del lunes fue suspendida por un resfrío de la mezzosoprano Petra Lang, y ayer, en la mitad del monólogo de Tristán del tercer acto, el tenor Jon Fredric West, quien interpretaba a este personaje, interrumpió la escena para pedir disculpas y explicar al público que no podía continuar cantando por una inflamación a la garganta. Por altoparlantes se pidió al público que esperara 15 minutos hasta que llegara el reemplazo. Sin embargo, luego de este tiempo, la función se reanudó con West, pero en el momento de la muerte de su personaje, sin completar el monólogo. En los aplausos finales, el tenor fue apoyado generosa y comprensivamente por el público. Según explicó Andrés Rodríguez, director general del Teatro Municipal, no ingresó a escena el reemplazo porque hubiera necesitado una preparación previa, tanto mental como vocal, que podría demorar hasta una hora. Y aseguró que la función de este sábado se realizará de todas formas: "Esperamos que West se recupere, pero en caso de que no suceda, tenemos a nuestro segundo Tristán", dijo refiriéndose a John Keyes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

estuve ahi y
si, fue un momento un tanto incomodo...pero q igual de todas formas de podria haber evitado...anunciando entre medio de los actos q no podria seguir.
igual creo q es un tema a debatir en los q se juega la profesionalidad de cantante, su salud y bueno como toma la audiencia este tipo interrupcciones. sin embargo, a pesar de la intervencion , debo decir que estuvieron muy buenas sus interpretaciones en los dos primeros actos.

Anónimo dijo...

Yo también estuve ahí esa noche, no obstante para mí fue bastante más que incómodo, tratándose de mi acto favorito en "Tristan und Isolde". Considerando la experiencia del cantante más los dos entreactos de media hora cada uno, perfectamente podría haber dado aviso de sus afecciones y/o dificultades a la producción del teatro de tal modo que se llamase al reemplazante con tiempo. Me pregunto si el Sr. West hubiese hecho lo mismo en el Covent Garden o en el MET.